Hoy vamos a hablar de la relación que existen entre nuestra dieta y la salud de nuestro hígado. En primer lugar hay que tener claro que el hígado es un órgano muy importante ya que realiza funciones que son esenciales para sobrevivir, entre ellas limpia la sangre de sustancias tóxicas, destruye gérmenes que han conseguido llegar a la sangre, ayuda a utilizar los nutrientes, mantiene el equilibrio de glucosa, gradas, proteínas y demás sustancias y muchas otras cosas más.
Además es el único órgano que recibe sangre de dos fuentes, por un lado del éstomago e intestinos (sangre que contiene nutrientes) y por otro lado del corazón (sangre que contiene oxígeno).
Debido a la que como ya dije antes el hígado permite que los nutrientes lleguen a la sangre, la sangre que pasa por el hígado a medida que avanza por todo el cuerpo lo va a ir nutriendo.
¿Cuál es la función exacta del hígado? Bien, el hígado no desempeña una sola función,se encarga de muchas tareas que son únicas y necesarias para el metabolismo de nuestro cuerpo, como por ejemplo, procesar carbohidratos, proteínas o grasas para que el cuerpo siga funcionando, actúa como un filtro para el acohol y demás toxinas de modo que permite que puedan ser eliminadas, fabrica sustancias como la bilis, que son importantes en la digestión de grasas....
Hasta aquí está quedando más o menos claro para que nos sirve el higado, ¿ no? y ahora os preguntareis, ¿qué tiene que ver lo que yo como con su funcionamiento?
Cuando la sangre abandona el estómago y los intestinos, aproximadamente un 90% de ésta va a conducir nutrientes hasta el hígado, en donde serán convertidos en sustancias que nuestro cuerpo pueda aprovechar. Los azúcares se almacenan como glicógeno y se liberar a modo de energía en los espacios de tiempo en los que no comemos o cuando necesitamos más energía de lo normal (así es como el hígado controla el nivel de azúcar en nuestra sangre evitando una hipoglucemia).
Sin este control tendríamos que estar comiendo todo el día para seguir teniendo energía, seguro que para los más glotones no sería ningún problema, pero no es sano.
Las proteínas se almacenan como aminoácido en nuestro hígado y pueden ser liberar hacia los músculos a modo de energía, alamacenados o convertidos en urea que posteriormente eliminaremos a través de la orina.
Además alguna de estas proteínas van a convertirse en amonio (sustancia tóxica), este amonio se destruye en el hígado y se convierte en urea, eliminada con la orina.
Si nuestro riñón no funciona bien, no se eliminaría urea y se acumularía en la sangre.
Algunos aminoácidos son convertidos en azúcar en los momentos en los que necesitamos obtener energía de manera rápida.
Las grasas no pueden ser digeridad sin la bilis, producida como ya he dicho antes en el hígado y alamacena en la vesícula. La bilis disuelve la grasa en pequeñas gotitas de modo que puedan ser asimilada y absorbida por el intestino. Además la bilis también ayuda en la absorción de ciertas vitaminas.
Como ya os estareis dando cuenta, todo lo que ingerimos sirve para realizar funciones específicas y muy importantes en nuestro hígado. Si nosotros llevamos una mala alimentación nuestro hígado se verá afectado y podemos llegar a desarrollar enfermedades como:
-Hepatitis A, podemos contraer hepatitis A al comer mariscos contaminados, crudos o poco cocidos. Al consumir alimento o agua contaminada con heces y la forma que todos conocemos de contraer esta enfermedad es teniendo relaciones sexuales.
-Cirrosis, la cirrosis impide el funcionamiento del hígado. Y es causa cuando el hígado es dañado constantemente, ya sea con el alcohol, con drogas y aunque sea menos frecuente una mala alimentación.
Es por esto por lo que es muy importante que vigilemos lo que comemos, evitemos las grasas saturadas (en carnes y aceites de palma y de coco) y las poco hidrogenadas ( en bollería) ya que pueden perjudicar la capacidad del hígado para regular el colesterol, los triglicéridos y las reservas de energía.
Por el contrario van a existir una serie de alimentos que van a estimular su función como las frutas cítricas, la cebolla, la alcachofa y la cúrcuma.
Como ya vemos la alimentación juega un papel muy importante hasta tal punto en que a veces, una dieta equilibrada puede ayudar a un hígado ya dañado a regenerar células.
Referencia: http://www.sld.cu/sitios/pdguanabo/temas.php?idv=15050
No hay comentarios:
Publicar un comentario