martes, 4 de noviembre de 2014

NI UNA PALABRA MÁS SI PRESENTAS AFONÍA

Algunos somos más habladores que otros pero a todos nos fastidia quedarnos sin voz. En eso consiste la afonía. La voz se produce como resultado del paso de aire controlado a través de las cuerdas vocales de la laringe desde los pulmones. Cuando estas pequeñas membranas se inflaman o se dañan, pierden su capacidad de vibrar conjuntamente causando la afonía. Las causas son muy diversas, infecciones víricas o por bacterias, alergias, reflujo gástrico, exceso vocal, tabaco y otros contaminantes o incluso estrés. Vamos, que es muy frecuente que aparezca un episodio de afonía después de un concierto con los amigos, de un importante partido de fútbol o de una bronca con el jefe. 

La mayoría de las veces, la afonía no refiere ningún tipo de gravedad y se cura por sí sola, pero sí hay una serie de recomendaciones que nos ayudarán a conservar nuestra voz en buen estado, sobre todo para aquellas personas en las que es su medio de vida, como oradores, maestros o cantantes.

- No debemos hablar alto ni gritar, ni tampoco hablar durante mucho tiempo seguido y si la afonía ya está presente, lo ideal es dejar que nuestras cuerdas vocales descansen ya que así disminuimos la probabilidad de que se irriten aún más. Nada de susurrar, porque aunque creamos que no, es un acto que implica una gran tensión de las cuerdas vocales, empeorando la afonía.

- Es muy importante que mantengamos nuestra garganta bien hidratada, por eso debemos beber al menos dos litros de agua al día, además así conseguiremos eliminar más fácilmente posibles sustancias extrañas o secreciones. También podemos humidificar el aire con un humidificador.

- Evitar comidas con muchos picantes o demasiado especiadas puesto que pueden provocarnos digestiones difíciles con reflujo gástrico hasta la garganta, provocando su irritación. Tampoco son recomendables las comidas copiosas.

- Debemos decir adiós al tabaco y si tomamos alcohol, hacerlo de forma moderada. Existen otros contaminantes, tales como los de la polución atmosférica que también debemos evitar para cuidar nuestra garganta.

- Siempre que vayamos a utilizar nuestra voz durante cierto tiempo, por ejemplo antes de una charla o un examen oral, debemos de calentar nuestras cuerdas vocales con sencillos ejercicios vocales.

- Es de gran importancia proteger nuestra garganta del frío, sobre todo cuando la temperatura cambia bruscamente. Podemos usar una bufanda o un pañuelo para tapar nuestro cuello e incluso la entrada a la cavidad oral y los oídos, pues todos están comunicados.

- Una vez más, hacer ejercicio de forma regular permite tener una musculatura más vigorosa que conlleva una mejor postura para llevar a cabo la respiración y por tanto, la fonación.

- El reposo y el dormir bien, así como evitar el estrés van a tener también efectos positivos sobre nuestra voz.

- Un remedio que ya usaban nuestras abuelas, es el de hacer gárgaras o tomarse un vasito de agua caliente con zumo de limón y un poquito de miel.  Ambos tienen importantes propiedades antisépticas pero además la miel conseguirá suavizar nuestra garganta.

- Existen otros remedios que pueden mejorar la afonía y que usan diversas plantas como el tomillo o la salvia, así como otros que usan la aromaroterapia usando el aceite del arbol de té con unas gotas de aceite de eucalipto, aplicados mediante vapores de agua o a través de un difusor.

- Hacer gárgaras con agua salada, tres o cuatro veces al día también mejorará nuestras capacidades vocales.

Si aún así, la afonía persiste y no remite en dos o tres semanas, es necesario acudir al médico para que él valore nuestra situación.

Y ya sabéis que en muchos casos, la mejor solución para la afonía... es estarse callado. 


Referencias:


http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=2725

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