Todos hemos oído hablar de la infusión de manzanilla, pero muchos desconocen sus propiedades. Quizás sepamos algo sobre sus propiedades digestivas, ya que siempre desde pequeños nuestros padres nos han recomendado tomarla. Pero esa sola propiedad abarca muchas dolencias digestivas y no solo un simple retortijón que explicaremos a continuación en esta entrada, ¡estad atentos!
La manzanilla tiene la capacidad de proteger y reparar la mucosa gástrica, siendo recomendada cuando está dañado algún órgano del aparato digestivo.
Respecto a la digestión facilita las digestiones complicadas y posee una propiedad carminativa, ayudando a evacuar los gases y a eliminar hinchazones.
Quizás la propiedad más conocida sea la antes mencionada de que alivia el dolor de estómago.
También es adecuada para aquellas personas que padecen úlcera gástrica, gastritis, diverticulosis, cólicos...
Respecto a los retortijones actúa como un antiespasmódico, gracias a que contiene azulejo, jecidina y ácido gentísico, pero sobre todo destaca el bisabolol por su poder antiinflamatorio y reparador.
Además puede actuar como colagogo, estimulando la expulsión de bilis.
Para terminar también puede evitar o provocar el vómito. Si se tiene náuseas o vómitos ayuda a que éstos se pasen y también calma los nervios en el estómago. En caso de intoxicación química o alimentaria, si se toma la infusión muy cargada o continuamente puede provocar el vómito, favoreciendo a la expulsión de lo que nos esté haciendo daño.
Por lo tanto, visto lo visto, no está nada mal tomar de vez en cuando manzanilla para ayudar a nuestro aparato digestivo.
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